Con frecuencia tengo sueños extraños, propios de una simbología especial. Mi madre me enseñó alguna vez que si soñaba con animales desagradables, eran enemigos y conforme fuese el animal, así era la persona físicamente. Por varias noches tuve un sueño recurrente, me soñaba con una cucaracha dorada. La veía corriendo por la mesa del comedor, por los muebles y por la cocina!. Sentía un asco absoluto. Así qué siguiendo la regla de mi madre, reconocí a la cucaracha, era mi vecina!, ella tenía el color de cabello rubio dorado, tenía que ser ella… Entonces, si era un sueño recurrente y la cucaracha se me manifestaba con tanta insistencia, era una señal. Una noche cualquiera, tuve un sueño muy particular. Soñé que era de mañana y ya me encontraba vestida para salir a trabajar, un tanto afanada, me aproximo a la cocina para preparar el desayuno para la familia, cuando abro el cajón del pan, y ¿qué me encuentro?: otra vez la vecina!. No era posible!, había mordisqueado el pan del desayuno, qué rabia!. Así que saqué el cajón a toda prisa y lo lancé al suelo. La cucaracha lucía del tamaño de una langosta!, por lo que su aleteo resultaba muy intimidante. No obstante, con toda determinación la tiré fuera del cajón y la maté con mi pie derecho, claro está, tenía el zapato puesto. Sus alas doradas quedaron desparramadas en el suelo, así como sus viscosas entrañas. Parecía resistirse a su suerte, pero finalmente murió. Maté a la vecina en mi sueño. Después de tal confrontación, paradójicamente no volví a soñar con ella, con la cucaracha dorada. Así mismo, coincidencial y simultáneamente, mi vecina de cabello rubio, se mostraba más recatada y no volvió a coquetearle a mi marido…
17.07.14 15:18